Tantas tantas cosas...

Puedo llamarte a cantautores, a canciones, a conciertos... A caminatas, a paisajes, a recuerdos. Sabes perfectamente donde encontrarme.

Tengo ganas de estar, contigo, estando. Tengo ganas de disfrutar este momento,  este café...  sin ninguna interferencia cotidiana. Tengo ganas de dejar que mi corazón se vuelva loco de amor... sin ninguna interferencia del pasado. Eso me hace tanto bien... tanto... ¿Esta frío el café, te lo caliento un poco? ¡Tengo ganas de ser!  Ser, de una buena y santa vez ser yo... tengo ganas que me quieras así, me aceptes así... tengo ganas que te animes a ser... tengo ganas que yo no te boicotee... tengo ganas que todo lo que me hace bien,                                                   me parezca lo mejor para mí, ¡y  ser capaz de elegir sólo eso! ¡Ay, no te puse cucharita! ¿Ves que soy una inútil? ¡Tengo ganas de zambullirme de alma a la vida! ...  y si es de a dos... que sea a la par,  creciendo como personas,  descubrirnos, redescubrirnos,  nos vemos tantas veces en calzones,  que ya ni reparamos como le queda al otro...  es algo más de la casa. ¿Sabes qué note?  ¡Qu

             Una noche, pasado mucho, mucho tiempo desde la última vez que se vieron, Peter Pan irrumpe en la habitación de Wendy. Viene a buscarla, viene para llevársela de nuevo a Nunca jamás. Pero el tiempo no pasa en balde, ella ya no es una niña. Cuando él le dice “vengo a por ti”, ella responde “no des la luz”, porque dar la luz supone enfrentarse a la maldita certeza de que hemos crecido.       Alguien entró de golpe en la habitación y encendió la luz, y nos dimos cuenta que casi ya no quedan niños, de que negamos el derecho a la infancia a los que la merecen.      Si Peter Pan viene a buscarnos, no des la luz, no vaya a descubrir que lo hemos traicionado y hemos crecido demasiado.

                   Parece que soñé con mucha fuerza, porque ya los veo, vienen llegando...          

Despertar en un lugar que no conoces, es luz que promete, es paisaje marcado, es colores y lluvia. Es frío encantador, es calor de futuro, es fuego, es juego, es vida. Es cuerpo, es verbo, es placer es sonrisa. Es estar sola y muy acompañada. Son amigos. Son vasos, son versos, es música. Es noche sin dejar de ser día, es energía encandilada y contenida, es abrazarte al cerrar los ojos, es tocarte. Es leer mis libros, son las hojas en el suelo, el camino manchado. Es manchar tu voz con chocolate, y ponerle un poco de licor a la mía. Es mirar, es sentir, es estar. Es mi nuevo pelo oscuro, que es fuerza y mis ojos nada más que esperanza.

Algún día irás cruzando la calle y de algún local escucharás a Ismael Serrano y me recordarás.