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Mostrando las entradas de noviembre, 2006

FuE... Es y SeRá...

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Recorrer calles, divagar, caminar sin un rumbo, tal vez buscando una dirección, tal vez buscando un recuerdo... Volver a recorrer esos lugares, en los que mi alma se sintió plena, no es lo mejor, es retroceder el tiempo, es como si mi estrella fugaz estuviera aquí, pero sólo es un engaño. Un engaño que duele, un engaño que encanta, un engaño que más que feliz me hace sentir mil sensaciones inexplicables. Un engaño que amo, un engaño que juega con mi inocencia, con mi ingenuidad. Es como si el mar y la luna siguieran ese estrecho para unirse, pero no lo logran. Es como si esa ilusión da vueltas y más vueltas para detenerse y sólo eso. Es recorrer ese maldito y hermoso camino que no quiere desaparecer. Es sentir una vez más esa única y pesada lágrima que se derrama desde mi ojo derecho, porque ya no quedan más lágrimas. Es el exquisito olor de ese aire nuevo que detesto, es el rechazo más grande a crecer, el rechazo más grande a avanzar. Sé que el tiempo no logra deten
Si todo fuese tan tierno como la sonrisa de un niño, si todo fuese tan bello como el sol. La vida ya no sería vida. Sería un sueño...

ReVoLoTeaNDo En La RuTiNa

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Cuando suena el despertador y anuncia que es momento de comenzar a formular otra hipótesis, para volver a concluir; un rayo de luz se cuela por la ventana, recordándome que allá afuera hay ángeles esperando por mí. Mis primeros movimientos gandidos, cargan derrotas que el ayer atrapó, rápidamente mi atención vuelve a buscar la fuerza de esa pequeña luz, para encontrar otro comienzo, un nuevo día. Con la ayuda de mis manos, coloco sobre mi cuerpo memorias de días con derrotas más dignas que las mismas victorias (como dijo y aprendí de Borges), recuerdos que van de color azul a mi cuerpo. Desayuno algunas ilusiones capaces de satisfacerme durante unas horas. Cargo mi bolso de sueños y la esperanza debida. Camino al establecimiento que me guardará la mayor parte del día... mi paso tranquilo no alcanza para encontrar el fin, el bolso hoy pesa más y mis fuerzas menos. Pero llego a mi destino en dos minutos, que fueron una historia. Entre las sonrisas que me regalaron los enfermos